Alergia a proteínas de vacuno

Dentro de la alergia a alimentos, una de las más frecuentes en la infancia es la alergia a las proteínas de vacuno, más corrientemente conocida como alergia a la leche.

La leche de todos los animales (y también la humana) contiene azúcares o hidratos de carbono; el principal es la lactosa. Contiene también diversos tipos de grasas o lípidos. Finalmente contiene proteínas o prótidos. Los componentes que provocan alergia son las proteínas. No es lo mismo la alergia a las proteínas que la intolerancia a la lactosa.

La mejor alimentación para los recién nacidos y lactantes es la leche materna. Cuando se cesa la lactancia materna o si no se puede dar por cualquier motivo, se utiliza la leche de farmacia, llamada leche adaptada. Esta leche se fabrica a partir de la leche de vaca, y contiene las proteínas de vacuno.

Estas proteínas procedentes de la vaca son extrañas para el organismo humano, y ello provoca en algunos niños la aparición de alergia frente a ellas. La alergia se debe a un mecanismo de defensa del organismo frente a sustancias extrañas.

¿En quién aparece? Puede aparecer en cualquier persona, pero aparece con más frecuencia en los niños llamados «atópicos«, que son niños con gran facilidad para desarrollar alergia, no sólo frente a la leche, sino frente a numerosas sustancias.

¿A qué edad aparece? Puede aparecer a cualquier edad. Como la leche es el primer alimento de los bebés, en los niños más predispuestos aparece en los primeros meses de vida. Se puede manifestar ya durante el primer mes, o cuando el niño ya tiene varios meses. La alergia no es instantánea, sino que se va desarrollando con el tiempo, hasta que llega un momento en que alcanza un nivel que es capaz de provocar síntomas. Ese nivel es variable para los distintos niños, y será distinta su edad de aparición.

¿Qué síntomas produce? Puede producir varios tipos de síntomas. En la piel puede producir urticaria: esto consiste en la aparición de habas, o lesiones abultadas, color rojo, con picor, que aparecen y desaparecen. A veces se acompañan de edema, inflamación de los párpados, los labios, o las articulaciones.

En la piel también puede provocar aparición y agravamiento de la dermatitis atópica: placas rojizas, con descamación, más o menos grandes, con mucho picor, y muy duraderas.

En el aparato digestivo puede provocar dolores abdominales, tipo cólico, vómitos y diarrea. La diarrea puede ser muy brusca y muy aparatosa, con moco y sangre, pero otras veces es una diarrea más leve, sin ser líquida ni muy abundante, pero que puede durar semanas.

En el aparato respiratorio puede producir síntomas de asma: tos, «pitos» en el pecho y fatiga; síntomas en la nariz como estornudos, abundante mucosidad y obstrucción.

En los casos más graves provoca la anafilaxia, una mezcla de todos los síntomas anteriores, muy severos, incluso con bajada de tensión arterial y aparición de «Shock».

¿Cómo se presenta? A veces aparece a los pocos minutos de tomar leche, sus derivados o algún alimento preparado que contenga leche en sus ingredientes. La cantidad varía de unos a otros pacientes. Unos necesitan una cantidad grande, y en otros basta con una cantidad mínima. Este tipo de alergia inmediata se suele denominar alergia por IgE.

Otro tipo de reacción, sin IgE, que suele provocar sobre todo síntomas digestivos, aparece al cabo de varias horas o incluso días de tomar leche. Este tipo de reacción se suele llamar enteropatía, o alergia-intolerancia a proteínas de vacuno. Esta reacción es distinta de la intolerancia a la lactosa, y a veces resulta difícil de diferenciar.

¿Cuándo se sospecha? Se sospecha en niños que presentan los síntomas descritos más arriba, sobre todo cuando son inmediatas. En las más tardías es más difícil de sospechar. Se debe asegurar que las reacciones, sobre todo las digestivas, no sean debidas a otras causas, especialmente infecciosas.

¿Cómo se estudia? Las alergias por IgE se estudian mediante pruebas en la piel, llamadas «prick test», y con análisis de sangre (tipo RAST o CAP). Las de otro tipo, y a veces también las de IgE, se estudian con pruebas de provocación, que consiste en tomar cantidades crecientes de leche, de modo controlado en las consultas hospitalarias, para observar si se produce alguna reacción.

¿Qué tratamiento tiene? El tratamiento consiste en evitar estrictamente la leche de vaca, sus derivados, y productos que la contengan entre sus ingredientes. Consulte en esta página web la sección «Niños alérgicos a…», sección «Alimentos». En bebés y niños pequeños se debe emplear alguna leche especial, de soja (alergia por IgE), o de hidrolizado (alergia de otro tipo). Se deben evitar otras leches (cabra, oveja), y a veces también la carne de ternera. Consulte su caso particular con su especialista. En la duda, evítelas. El hecho de tomar cantidades pequeñas de leche puede que no provoque síntomas evidentes, pero retrasa la curación.

¿Desaparece la alergia a la leche? Sí que desaparece en la mayoría de los casos. Tras un período de dieta correcta, la alergia acaba desapareciendo, y más adelante se puede tomar leche y toda clase de derivados sin problemas. Ese período es variable, suele ser un mínimo de un año; en el 80% de los casos desaparece antes de los cinco años. En ocasiones tarda más tiempo, y en una pequeña proporción de pacientes, en la alergia más intensa, dura toda la vida. En resumen, el período para la desaparición de la alergia a la leche depende del nivel de alergia cuando se diagnostica, y del grado de cumplimiento de la dieta.

¿Qué seguimiento se hace? Periódicamente se debe acudir a consulta para repetir pruebas o análisis si procede, o para hacer prueba de provocación y comprobar si la alergia ha desaparecido. Se debe vigilar además si aparecen nuevas alergias a sustancias diferentes, sean otros alimentos o sustancias inhaladas.

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